viernes, 18 de abril de 2008

Jesús de Nazaret: ¿maestro, profeta o promotor del cambio social?

Joaquín Pereira - kinjote@gmail.com - 00 58 412 5713821




Caracas, 17 de marzo. Joaquín Pereira (Primera Hora).- Según varios investigadores, Jesús de Nazaret fue un ser histórico que vivió en Judea, actual Israel, en el año 30 de nuestra era. Uno de los testimonios más contundentes para afirmar que realmente existió es la mención que hizo Flavio Josefo, historiador judío romanizado del siglo I.

Estudios recientes señalan que se pueden identificar cuatro aspectos en su personalidad: maestro de sabiduría, profeta escatológico judío, carismático habitado por el Espíritu y promotor del cambio social.

Para el investigador John Dominic Crossan, Jesús fue un campesino galileo que vivió en una situación tensa, debido al proceso de helenización a que estaba sometida entonces Judea. Con su sabiduría y comportamiento provocativo, quiso transmitir un mensaje social innovador que acabara con las estructuras patriarcales sobre las que se sustentaban las desigualdades.

Para E. P. Sanders, especialista en judaísmo antiguo y literatura talmúdica, Jesús fue un profeta profundamente inserto en las tradiciones de Israel, que anunció la restauración del pueblo santo. Su predica consistió en preparar y reunir al pueblo judío para la venida definitiva de Dios. Con su actuación, desencadenó un conflicto en el interior del judaísmo que le costó la vida.

Los trabajos de R. Horsley, G. Theissen y B. Malina presentan a Jesús como un militante del cambio social. Desde el punto de vista económico, social y político, Galilea vivía bajo la explotación de las clases gobernantes, que acumulaban tierras y ejercían una enorme presión a través de impuestos.

Una libertad inspirada
En la época y sociedad donde se desarrolló la vida de Jesús de Nazaret existían dos tipos de autoridad para acceder al discurso religioso, la adquirida y la adscrita. Él no poseía ninguna de estas debido a que su familia no pertenecía a la casta sacerdotal, ni estaba adscrito al servicio religioso por la Ley de Moisés.

Dado que su autoridad no venía por los caminos tradicionales, los investigadores se sorprenden de su libertad de palabra en los temas religiosos. La conclusión que sacan a la luz de lo expresado en los evangelios es que su seguridad venía de la estrecha relación que decía tener con Dios, al que llama Ab-ba, que es el término como los niños judíos se referían de forma cariñosa a sus padres. Esto en su tiempo era considerado una blasfemia y motivó a los más ortodoxos religiosos a solicitar la muerte del Nazareno.

Quizá haya quien no crea en la resurrección de este hombre, pero lo que nadie puede poner en duda es su influencia en los habitantes de este planeta.

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