viernes, 18 de abril de 2008

Historias del viento de Javier Beltrán se mostró en Nueva York y Francia

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El cortometraje participó en el New Directors/New Films de Nueva York, EEUU, y en el Reencontré Cinemas D´Amerique Latine de Toulouse, Francia

Caracas, 07 de abril de 2008. Joaquín Pereira (Primera Hora).- Para ser su primer cortometraje, Historias del viento de Javier Beltrán (1978) ha volado alto y en su remontar a llegado a importantes festivales de cine tanto en Estados Unidos como en Francia: Fue seleccionado para la 37va edición del New Directors/New Films promovido por la Sociedad de Cinematografía del Centro Lincoln y el Museo de Arte Moderno en Nueva York, efectuado desde el 26 de marzo al 6 de abril; además se presentó en en el Reencontré Cinemas D´Amerique Latine de Toulouse, del 28 de marzo al 6 de abril.

El creador
A Javier Beltrán lo trastornó la primera vez que vio La guerra de las galaxias en la escuela de Cabimas de su infancia, tanto que desde ese momento sabía que lo que quería hacer cuando grande era contar historias con imágenes. “Dejé de existir hasta que terminó la película”, confesó para tratar de explicar el arrebato que sufrió.


Estudió Artes en la Universidad Central de Venezuela. Principalmente se ha dedicado a trabajar en postproducción de audiovisuales.

Actualmente escribe los guiones de su segundo cortometraje, sobre un apostador que lo pierde todo, y de su primer largometraje que será rodado en los andes y que define como una “tragicomedia un poco surrealista”.

“Hago cine porque me gusta contar historias. El objetivo del arte es hacer sentir en la gente una emoción que les recuerde que son humanos”, expresó.

El corto
Historias del viento se filmó en Clarines, Anzoátegui, en el 2007. Cuenta la sorpresa de un niño de campo que ve nacer un pollito de su cascarón y las relaciones que a partir de este hecho hace con su vida familiar. Salvo el papel de la madre, el resto del elenco no había actuado antes.

El corto sólo se sostiene de las atmósferas creadas pues no tiene diálogos. “El cineasta Rafael Marciano, quien fue mi tutor de tesis, me enseñó que lo más difícil de hacer cine es crear buenas atmósferas y buenos diálogos. Yo probé hacer un corto de atmósferas”.
Sólo en cuatro oportunidades se incluye el sonido de una flauta de pan confundido con el rumor del viento.


El Cnac le aporto casi 50 millones de bolívares de los de antes para su realización. Fue rodado directamente en 35 milímetros porque según su creador “apuntaba hacia algo más plástico”.
De las 10 latas de película con que se contaba, más de tres se la llevó el niño y otras 3 para el pollito.


Inicialmente iba a ser titulado como “Historia de las nubes” pero como el último día de rodaje fue muy soleado y se contaba con escasos pies de película tuvo que ser cambiado.

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