Los actores recibieron mayores elogios por parte del público que los recibidos por las actrices una semana antes en la obra gemela ¡Y las mujeres después!, del mismo autor. Dentro de las razones que pudieron motivar esta reacción está la mayor asistencia femenina entre los asistentes y lo conmovedor que resulta ver en el escenario a unos hombres exteriorizando sus sentimientos, en una sociedad que más bien les inculca a reprimirlos.
Unos enigmáticos retratos de Marilyn Monroe y James Dean, acompañan la interpretación de los actores, como símbolo de la pareja ideal que todos buscamos en alguna parte de una ciudad donde sus habitantes se encierran cada vez más en si mismos, entre rejas.
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